Por fin ha llegado el verano y con él, los beneficios de gozar de un jardín en casa se hacen aún más evidentes. Sin embargo, este también puede tener un impacto no deseado en nuestra factura y en el medio ambiente si a la hora de crearlo no tenemos en cuenta el consumo de agua que puede acarrear. Por eso, en el post de hoy te contamos cómo diseñar un maravilloso jardín sostenible que te permita disfrutar de ese espacio de calma que tanto mereces sin arruinarte en el intento.
La cuarentena nos ha enseñado a valorar más que nunca el confort en nuestro hogar y ha convertido a los propietarios de casas con jardines y terrazas en verdaderos afortunados. Tras el confinamiento hemos invertido especialmente en adecentar y completar esos espacios exteriores que antes teníamos más descuidados. No es de extrañar, ya que como demuestran diversos estudios, tener un pulmón en casa en el que huir del ajetreo y la contaminación propia de las ciudades reporta numerosos beneficios sobre nuestro estado emocional y en especial sobre el desarrollo cognitivo de los menores, pues la naturaleza les ofrece estímulos de aprendizaje que no se encuentran en las pantallas.
Por otra parte, la conciencia ecológica cada vez mayor nos ayuda a darnos cuenta de que un frondoso vergel puede ser un lujo poco respetuoso con nuestro entorno, motivo por el cual los jardines sostenibles y xerófilos están en auge en el paisajismo, pues además suponen una gran comodidad al tener un mantenimiento prácticamente autónomo. Tampoco son especialmente difíciles de lograr: Toma nota de estos tres principios fundamentales y como decía Borges, planta tu propio jardín y decora tu alma en lugar de esperar a que alguien te traiga flores.
1. Elige la vegetación más adecuada al clima
Elegir plantas autóctonas es fundamental para optimizar los recursos hídricos. Decántate siempre por aquellas especies propias de tu climatología, con ellas conseguirás mantener un bonito jardín todo el año con la mínima poda y riego. El azahar, el jazmín, el romero, la menta o la lavanda, por ejemplo, son especies mediterráneas muy interesantes por su belleza y olor y además requieren de pocos cuidados. Apuesta también por incluir árboles como las higueras, almendros, olivos o cipreses, que además de encanto, también aportarán espacios de sombra. Ten en cuenta que elegir la tierra adecuada te ayudará a obtener mejores resultados con menos gasto de agua: la gama Campus Vital de Jardí Pond, disponible en nuestros almacenes, cuenta con una gran variedad de composiciones que te ayudarán a satisfacer las necesidades de tu jardín.
2. Distribuye el jardín de forma eficiente
La distribución de las plantas también será clave para que podamos ahorrar en recursos. Procura agruparlas según la cantidad de agua que necesitan, eso te ayudará a llevar mejor control del riego, optimizándolo y evitando el desperdicio de agua. También trata de favorecer las pendientes en el terreno y tenlas en cuenta a la hora de disponer la siembra, pues con ellas podrás aprovechar mejor las lluvias.
3. Aprovecha el agua de la lluvia
Usar el agua de la lluvia para el riego es condición indispensable para mantener tu jardín sin gastar recursos adicionales. Para hacerlo sin depender de la predicción del tiempo, puedes instalar un depósito pluvial soterrado o exterior. ¡E incluso aprovecharlo como elemento decorativo! Echa un vistazo por ejemplo a estas opciones de Graf disponibles en nuestras tiendas, ideales ¿verdad?
Como ves, con estos sencillos consejos ya podemos empezar a crear un maravilloso y colorido jardín ahorrando en agua y mantenimiento ¿Y tú, tienes algún truco para mejorar el jardín de forma sostenible? ¡Te leemos en los comentarios!